Desde la advertencia realizada por la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas) en el año 2014, el marchitamiento por Fusarium TR4 es una cuestión de extrema prioridad. Preocupa tanto a productores desde los controles iniciales hasta los consumidores finales que desean garantías en cuanto al fruto que consumen.
Debido a que se trata de cepas que han sobrevivido por décadas en el suelo, se considera al TR4 como la principal amenaza de riesgo durante el proceso de plantación de los bananos. Otra de las razones que hacen a éste hongo sumamente peligroso es que no puede ser erradicado directamente en la tierra.
La imposibilidad de utilizar fungicidas y sistemas similares de eliminación, obliga a los productores a tomar otras medidas. Principalmente, la solución se limita a excesivos controles solicitados por la FAO para evitar que la enfermedad se propague. TR4 es una abreviatura. Se refiere nada más y nada menos que a la denominación Raza Tropical 4, el grupo de cepas que conforman al hongo.
Ya desde principios de la década del noventa se conocieron los primeros casos en Taiwán. Por otra parte, Australia fue el primer territorio afectado fuera del continente asiático y las costas del Pacífico. Ocurrió en el año 2013 y tuvo en vilo a los productores de bananos de ese país oceánico.
Básicamente, el hongo puede propagarse de tres maneras diferentes. En el primero de los casos, con una presencia existente en el suelo; incluso antes de la plantación de los bananos. La segunda forma es incorporarlo inconscientemente a través de los materiales utilizados para la siembra. Es por eso que todas las herramientas utilizadas para tal fin deben recibir los controles pertinentes previos a su uso.
El tercer modismo por el cual el marchitamiento por Fusarium TR4 se propaga es a través del agua. Los sistemas de riego pueden sufrir la presencia del hongo en el vital elemento; siendo el agua un veloz canal de contagio para los suelos.
Síntomas del marchitamiento por Fusarium TR4
Específicamente centrando la atención en la hierba perenne misma, los análisis tempranos ayudan a prevenir el esparcimiento del marchitamiento por Fusarium TR4. Obviamente, de manera visual los bananos no presentan síntomas. La afección del hongo toma relevancia al invadir el tejido vascular, ingresando por la raíz.
Esa presencia invasiva genera una característica decoloración que pasa de un pálido y casi imperceptible amarillo a un rojo oscuro. En algunos casos se ha comprobado la mutación del color a un negro intenso.
Externamente, la manera más habitual de detectar la presencia de TREs4 se realiza visualmente. Es que las hojas de la planta de bananos comienzan a mostrar irregularidades en su forma, aspecto corrugado y una poco habitual palidez a simple viste.
El pseudotallo y las vainas foliares que lo componen tienen tendencia a mostrar separaciones inusuales en la planta afectada.
En el caso de los retoños, recién transcurridos los primeros tres meses y medio de edad suelen mostrar síntomas. Ésto, lamentablemente, es uno de los principales problemas para una temprana detección del hongo.
Desafortunadamente, el TR4 ha causado catástrofes en el mundo; llegando en algunos casos a devastar plantaciones completas de bananos. Tomar los recaudos sanitarios necesarios durante todo el proceso es una necesidad. Capacitar además a los trabajadores de la industria, son materias ineludibles para crear un escudo sólido que impida el ingreso del hongo.
Informes desarrollados por la FAO, confirman que la enfermedad ya afecta a Asia, África Oriental y el Medio Oriente. Su enorme potencial de propagación sigue siendo una amenaza para América Latina.
Científicos latinos trabajan en relación al tema. Sin embargo, acentuar las medidas preventivas y tomar conciencia del manejo de las herramientas agrícolas es de vital importancia para evitar el ingreso del TR4.
