Reglas claras para el sector

negocio de la pesca

El negocio de la pesca requiere mejorar sus políticas públicas para brindar mayor competitividad. Un adecuado apoyo público y privado daría más fuerza a esta actividad.

La gran capacidad de adaptación que tiene el atún lo convierte en una especie “altamente migratoria”. Por ello, su pesca resulta dinámica, cambiante y difícil de predecir.

Iván Prieto, consultor externo, prefiere llamar al negocio de la pesca como “una industria portátil”, ya que puede desplazar su esfuerzo pesquero, capacidad y procesamiento a otros países, especialmente cuando no se dan las condiciones adecuadas para surgir.

Como ejemplo de ello, recuerda a varias industrias que anclaron su potencial comercial en países como Samoa o la ciudad de San Diego, Estados Unidos, pero que tuvieron que desaparecer por la ausencia de políticas públicas adecuadas.

Ante esta situación, Prieto considera que el país necesita principalmente dos políticas públicas para mejorar el sector: mantener el acceso preferencial en nuevos mercados y revisar seriamente los costos de mano de obra, productividad, capital y de tramitología.

Eduardo Egas, vicepresidente de la CORPEI, menciona que una de las funciones del Estado es velar para que las condiciones  productivas puedan desenvolverse de manera positiva y así generar plazas de trabajo.

“Considero que el Gobierno no conoce tanto de la actividad productiva pesquera como puede conocer quien está ejerciendo la actividad. Por eso, debe existir una racionalización de cargas tributarias, facilidades de acceso a la inversión extranjera y apoyar la investigación para mejorar la sostenibilidad de los recursos pesqueros, a través del Instituto Nacional de Pesca”, asegura.

Trabajo en conjunto

trabajo en equipo

Egas cree que una constante participación privada en conjunto con el sector público traería beneficios múltiples. Se generaría mayor competitividad a la actividad pesquera y con ello se podría ingresar de una mejor manera a los mercados de exportación.

También indica que con una política integral, Ecuador podría fortalecer su actividad para prepararse y enfrentar épocas desequilibrantes del mercado externo, tales como; bajas de demandas o de precios, los vaivenes de la naturaleza y de los ciclos de vida del recurso pesquero.

“Cuando no existe una política integral se observa que por un lado se emite un drawback para la exportación y por otro lado encarecen el costo por mano de obra, o de importación”, afirma el Vicepresidente de la Corpei.

Prieto destaca que desde el sector privado existe el conocimiento en temas científicos que acompañan el ordenamiento pesquero y comprenden las medidas que deben tomarse para preservar los recursos.

Aunque en un futuro, la industria ecuatoriana requerirá mayor investigación científica para promover una mejor sostenibilidad pesquera.

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