El tema de las vedas en el océano Pacífico se ha tornado un tema difícil para las flotas pesqueras ecuatorianas, su industria procesadora e industrias derivadas. Las vedas colocan en riesgo a la industria pero a la vez intentan abordar el tema de la sostenibilidad que también resulta crucial.
Debido a esto un grupo de expertos ha sugerido que la medida más indicada para cumplir con las metas de sostenibilidad sería la regulación más estricta de las cuotas de captura, en lugar de la prohibición total de pesca dos veces al año como se ha venido haciendo. Estas cuotas se establecerían por especies en un esfuerzo por recuperar los stocks a niveles saludables.
Según diferentes estudios los 62 días de veda anuales resultan insuficientes, haría falta extender las vedas por un total de 87 días para recuperar los stocks en unos años. Sin embargo esto podría resultar desastroso para la industria atunera que depende de suministros constantes para la estabilización de los precios y capacidad de comercialización.
Ciclos biológicos para la sostenibilidad del atún rojo
Uno de los principales retos para la industria sostenible del atún es el respeto de los ciclos biológicos de la especie. Es por esto que la pesca de atún rojo cerca de las costas de Japón se ha vuelto tan polémica. Japón no sólo es el mayor consumidor de atún per cápita del mundo, sino que frente a sus costas se realiza el importante ciclo del desove, por lo que la preservación del atún alrededor de sus aguas es crucial.
El otro problema a enfrentar es el de la pesca ilegal No Regulada y No Reglamentada, como principal amenaza para la especie. Esta pesca no respeta los reportes de capturas, vedas o demás regulaciones a las que el resto de la industria sí tiene que enfrentarse para poder contar con laventa de sus desembarques y la venta de sus productos procesados en los anaqueles de diferentes supermercados del mundo.
El volumen de capturas
Se ha señalado que el incremento del volumen de capturas se ha debido en buena parte al aumento de la presencia de la flota estadounidense en el Pacífico. Esto debido a que su flota aumentó sus capturas este año cerca de 20.000 toneladas durante el primer semestre, en detrimento de otras, incluyendo a la flota ecuatoriana cuyas capturas disminuyeron en 17.000 toneladas métricas durante el mismo período, según cifras de la CIAT.
Esto ha producido distintas reacciones en el sector nacional, que aboga por una mejor gestión de la pesquería en aras de conservar la especie y proteger este importante sector económico.
Guillermo Morán, comisionado ecuatoriano frente a la CIAT, señaló que las cuotas por especie es la solución propuesta por actores en el país. Para él, específicamente, las capturas diferenciadas por especie son de vital importancia. El atún patudo sería la especie con prioridad para la protección. Mientras el barrilete y aleta amarilla presentarían pocas variaciones del volumen requerido para proteger las poblaciones de estas especies.
Esto no sería un determinante para la reducción o eliminación de las vedas, pero sí una propuesta alternativa a su extensión. Estos límites de captura se establecerían por buque y por país, de acuerdo a los registros históricos entre 2012 y 2015 y su capacidad de almacenamiento.
Un punto importante para alcanzar la meta global de sostenibilidad es establecer este tipo de medidas para todos los océanos y todas las áreas de los mismos, debido a que establecer vedas en unas zonas y en otras no, lleva a la inestabilidad de los precios además de promover la depredación por parte de los operadores de la pesca ilegal.